Tribuna de opinión

¿Cuánto vale mi negocio?

Gonzalo Fuster-Fabra13/06/2024

Gonzalo Fuster-Fabra, Abogado y Diplomado en Empresariales, con amplia experiencia en el sector cosmético, ha trabajado en las empresas más importantes del canal profesional. En la actualidad compatibiliza su profesión de Abogado, con su labor de Consultor Empresarial.

El negocio vale, aquel importe por el que una persona está dispuesta a venderlo y el que compra a pagar su precio. Este es el razonamiento más sensato para cuantificar cualquier tipo de activo, un cuadro, una escultura, un coche, un inmueble y por qué no un negocio.

Esa es la lógica, pero la ecuación saliente, siempre será la misma, el que vende cree que lo suyo es 'lo mejor' y que es bajo el precio que le ofrecen. Y, el que compra, quiere pagar el mejor precio, así que afortunadamente el mundo de los negocios ha investigado sistemas más objetivos para hallar esa cifra mágica que es el valor de mi empresa.

Veamos, fiscalmente una empresa para Hacienda vale el importe más alto entre:

El valor teórico contable resultante del último balance aprobado.
El valor nominal de las participaciones o acciones.
El valor resultante de capitalizar al tipo del 20%, el promedio de los beneficios de la empresa en los tres ejercicios cerrados con anterioridad a la fecha del devengo del impuesto.

Sobre el valor más alto de los tres, es sobre el que tendremos que pagar los impuestos, en el supuesto que el valor real acordado sea inferior a los importes antes referenciados. Sí es superior, será el valor declarado.

Seguramente, usted que está leyendo este artículo es fácil que no haya entendido nada hasta este punto, por lo que, hablando de negocios de belleza, mi sugerencia para saber objetivamente cuánto vale su negocio sería hacer la siguiente ecuación.

Como premisa, diríamos que nuestro Centro de Estética o Peluquería vale aquel importe que se sitúa entre el 50% de la facturación de un año, sin IVA y el beneficio de los últimos cinco años. A esta última referencia, en función de la oferta y demanda, podemos encontrarnos con un múltiplo de cinco, como lo fue hace algún tiempo, o un múltiplo del 3,5/4 que es lo que se viene pagando efectivamente y en la actualidad, pero aquí no acaba la cosa.

Con independencia del valor que nos salga de hacer la operación anterior, no debemos dejar pasar por alto otros factores que acabarán por definir nuestro 'precio' en más o en menos:

Años de vigencia del contrato de alquiler actual.
Años desde la última reforma implementada en el salón.
Antigüedad del personal y su posible coste de despido.
Precio del alquiler en relación con la ubicación del Salón y tipo de localidad.
Evolución de la facturación de los últimos años.
Forma de pago del precio del salón.

Estos factores indicados sumarán o restarán al valor obtenido en el párrafo anterior, encontrando un precio de mercado acorde a la realidad operativa en las compraventas.

Obviamente, el valor del stock debemos contemplarlo como un añadido, así como las fianzas y/o garantías que hayamos tenido que satisfacer por el local arrendado.

En síntesis, si no quiere vender, por lo menos, sepa objetivamente cuál es el precio, que no 'valor' que objetivamente le pueden llegar a pagar por su 'creación'. Por ese salón al que han entregado su vida, sus mejores y peores momentos y en el que ha construido una familia con sus empleados y clientes en relación a su oficio y profesión.

Si no quiere vender, por lo menos, sepa objetivamente cuál es el precio, que no 'valor' que objetivamente le pueden llegar a pagar por su 'creación'

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